Es el cambio de filosofía del sistema al que te enfrentas cuando utilizas un ordenador de Apple. En el fondo son estructuras muy similares, puesto que todos los SO beben de mismas fuentes y cada uno adopta pautas similares aunque adoptadas a su propio sistema.
Si vienes de un sistema Windows (con Linux existen mayores similitudes) seguramente te esté chocando en un principio la no existencia del concepto “Mi PC” en si misma. Pero no te preocupes, tras una pequeña asimilación te darás cuenta de que todo se encuentra ordenado de una manera mucho más intuitiva. Lo primero que debes comprender, que para la tarea de explorar en los archivos de tu nuevo Mac debes ayudarte del Finder.
El Finder podríamos definirlo de una manera rápida como el explorador de archivos de Mac OS X. Tiene más posibilidades aún, pero esta es la principal. Pulsando en la “cara sonriente” del dock conseguiremos abrir una ventana del explorador. Esta se divide principalmente en dos columnas. En la columna de la izquierda es donde deberemos fijar nuestra atención. En ella se nos mostrarán “accesos directos” a los elementos más importantes del sistema.
Podremos acceder a todos los dispositivos que estén conectados a nuestro Mac, ya sean estos discos duros externos o internos. También se nos mostrarán todos los ordenadores en caso de encontrarnos conectados a algún tipo de red Ethernet o WiFi. Pero lo más importante se encuentra en las “ubicaciones” ya que aquí nos mostrará la carpeta de aplicaciones, descargas, documentos, la de usuario… Mantener ordenados nuestros ficheros resulta más sencillo tras un ligero periodo de aclimatación.
Otro punto que debes asumir, aunque no es obligatorio, es la terrible inutilidad de colocar accesos directos a tus programas más importantes en tu escritorio. En realidad actuar de esta manera, algo muy común en Windows, es contraproducente para el sistema. Piensa que cuando Mac OS X arranca, tiende a cargar en memoria todo lo que tengas en el escritorio, ya sea esto fotos, documentos, vídeo… De esta manera se asegura de darte un acceso instantáneo cuando quieras acceder a ello.
Resulta más sencillo abandonar la costumbre de los accesos directos en escritorio sustituyéndola por crear accesos en la barra del dock de los programas más utilizados y acostumbrarse a usar Spotlight como lanzador de aplicaciones. En realidad, Spotlight se trata de un buscador del sistema, pero podemos utilizarlo para buscar el programa que queramos utilizar y ejecutarlo pulsando intro. La combinación por defecto de teclas para abrir Spotlight se consigue pulsando “Cmd + Espacio” veremos en la esquina superior derecha de la pantalla como aparece un campo de texto donde empezar a introducir el texto de la aplicación o fichero que estemos buscando.
A la hora de instalar programas, salvo excepciones donde existe un instalador que copia los diferentes archivos, por regla general consiste únicamente en arrastrar la aplicación hasta la carpeta “aplicaciones”. Pero para desinstalarlo, aunque por norma general es tan sencillo como arrastrar la aplicación que deseemos borrar hasta la papelera. Existen programas gratuitos que te solucionan este proceso. Appcleaner es una aplicación gratuíta que te facilita la desinstalación de programas.
Normalmente las aplicaciones se instalan en un paquete comprimido donde se contienen todos los archivos necesarios del sistema, pero hay programas en los que no es así, instalan archivos propios en otras carpetas del sistema. Appcleaner se encarga de buscarlos y borrartelos con tan solo arrastrar hasta él lo que quieras borrar.
Dejanos tu comentario o buscanos en facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario